miércoles, 1 de febrero de 2012

Las Vegas en Madrid

Hace 6 días el periodista y colaborador del diario Público, Ignacio Escolar, nos dejaba en su columna el siguiente artículo titulado "Capitalismo de Casino" sobre lo que se pretende hacer en Madrid:

    "Imaginen que soy un inversor multimillonario. Imaginen que me planto con mi puro, mi chequera y mi sombrero de chistera en Francia, o en Alemania, o en cualquier otro país civilizado de esos que se supone queremos imitar. Imaginen que -como buen empresario liberal- busco apoyo y dinero público para montar mi negocio privado: una docena de casinos con sus hoteles y sus campos de golf, un Las Vegas en el arrabal de Europa; un paraíso fiscal.
       Imaginen que pido al Gobierno que me regale suelo, que me ponga una estación de AVE, que me construya una línea de metro, que me mueva un vertedero, que me eche a un poblado chabolista y que me perdone los impuestos. Imaginen que también exijo que me cambie la Ley de Juego, la Ley de Enjuiciamiento Civil, la Ley de Extranjería, la Ley Antitabaco, el Estatuto de los Trabajadores, la Ley de Blanqueo de Capitales y la Ley de Procedimiento Laboral. Imaginen que, además de todo esto, reclamo que se permita el juego a menores, la entrada a ludópatas en mis casinos y un aval del Estado para algunos de los préstamos que vaya a necesitar. Si mi negocio va bien, los beneficios son míos; si quiebra, los contribuyentes tendrán que pagar.
       A cambio de que me reescriban las leyes, me regalen el suelo, me avalen los préstamos, me permitan explotar a mis empleados y me perdonen los impuestos, yo prometo dar trabajo a nativos. Ya saben, empleo de calidad: camareros, crupieres, estafadores, matones, sirvientas para hacer las camas y prostitutas para deshacerlas.
       La pregunta: ¿cuánto tardaría el Gobierno de ese país civilizado en mandarme a pasear? Pues la oferta no es hipotética. Este capitalista de casino existe y la Comunidad de Madrid está dispuesta a jugar".

¿Hasta qué punto podemos llegar? ¿Seremos capaces de caer más bajo aún? ¿Dónde está el límite?
 

 

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