Ayer, 14 de noviembre de 2012, se celebró una nueva jornada de Huelga General en la que todos deberíamos haber salido a la calle para luchar por nuestros derechos, no de manera individual, sino colectiva. Yo lo hice.
Aquí en Barcelona todo parecía apuntar a que sería un fracaso, o por lo menos, no tendría demasiada acogida. Pocos carteles, poca información, escasos anuncios. No sólo en las calles, sino también en las universidades y lugares más reivindicativos, y si a eso le sumamos la falta de apoyo de los medios de DES-información, pues sólo queda pensar, ¡¡apaga y vámonos!!
Pero no fue así. La Huelga General del 14-N tuvo aceptación, no la que se merece un acontecimiento de este tipo donde, en mi humilde opinión, todas las personas (y cuando digo todas me refiero desde el pequeño que asiste al jardín de infancia, hasta el mayor que está jubilado) debemos de paralizar en seco al país, no asistiendo a la escuela, a la universidad, al puesto de trabajo (sea cual sea) y unirnos en la calle y gritar a viva voz ¡¡VASTA YA!!
¿Por qué? Pues porque se lo debemos no sólo a las generaciones futuras, sino también a las que lucharon para conseguir todo lo que teníamos hasta hace unos años y sobretodo, porque nos lo debemos a nosotros mismos, las generaciones presentes.
La Huelga es un derecho que todos tenemos a ejercerlo, y yo lo hice, aunque ello supuso faltar a clase en la universidad perdiéndome una asignatura importante. ¿Importante? No hay nada más importante que lo que se estaba pidiendo en la calle, y era allí donde debía estar, y era allí donde estaba, por mi, por ti y por todos.
No estoy de acuerdo ni comparto las ideas de quienes se hacen llamar sindicatos mayoritarios, más conocidos como CC.OO y UGT, quienes convocan una Huelga General y no la organizan, claro que, ¿cómo ir contra la mano que te paga? Esta gente son unos vendidos, rastreros y peseteros que se mantienen mayoritariamente con las subvenciones del estado y no luchan por los trabajadores sino por ellos mismos, porque mientras unos tengan el bolsillo lleno, el resto que se busque las habichuelas.
Yo estoy muy contento con lo vivido ayer en Barcelona. Insuficiente, si; Necesario, también.
Si algo queda claro es que la lucha está en la calle y no en el sillón del salón de casa o en la barra del bar, y los días de Huelga han de ser precisamente de eso, Huelga, donde todo debería estar cerrado y no como si fuera un domingo de fiesta nacional en el que los bares (entre otros) se aprovechan para llenar sus cajas a costa de quienes no tienen trabajo ni dinero, y para colmo, van a dárselo a otros.
Os dejo imágenes de lo que se vivió aquí en Barcelona:
